EL PRESAGIO DE UN OTOÑO
La resequedad de su corteza y las ramas sin
hojas presagiaban lo que sucedía en el bosque, el otoño había vuelto y
esperaban verla de nuevo correr hacia las secas hojas para
escuchar ese ¡crash
, crash! en sus pies, pero nada iba a ser igual, para ella el otoño no era más
que un oscuro recuerdo, una sensación que le produjo asco irremediable en ella , su inocencia se terminó
y todo por culpa de las consecuencias que éste le otorgó.
EL PRESAGIO DE UN OTOÑO |
¡Otoño
llegó!, grito fuertemente y corrió hasta
llegar a esa cota llena de secas hojas que para ella no eran más que
bellos y cautelosos recuerdos que la hacían volar e imaginar. Lo que no notó fue
que este otoño era diferente, negro, infame, hostil, lleno de asquerosos deseos,
sucios pensamientos y mirada astros. Que sin darle importancia a esa inocente
niñez se acercó sin remediar lo que podría suceder.
“¿olvidar?,
olvidar no se trata de borrar el pasado de la noche a la mañana, sino de
aceptarlo tal y como es sin mezclar sentimientos. El tiempo es el encargado de ir borrando
gradualmente las heridas, pero hay que tratar de entender que por ahora es
mejor seguir recordando algunas escenas y eventos del ayer” .
-Niña,
¿por qué te demoras tanto hace rato que estas en el rosal, ¿Qué tanto haces?
“¿Recordar!,
todos los días y cada minuto, no he olvidado ese agresivo y sucio otoño que se
apoderó de mí, de mi niñez, de mi inocencia. ¿Qué si olvido?, NO, perdono pero
no olvido”.
-Niña,
no me escuchas, te estoy llamando, ven rápido, tráeme las rosas.
“olvidarlo?,
no lo creo, es algo que en el momento suena imposible, no lo haría y esto por
distintos motivos: el pensamiento, ocupa un territorio muy vasto y una de sus
regiones se llama sufrimiento. Esto, esto es lo que produzco ahora un sufrimiento
que se apoderó de mí, miro al cielo y me pregunto:
-¿Por
qué tardas tanto con las rosas?, ¿ah?.
-Por
nada mamá, solo pensaba en lo hermosas que se verán en agua, yo las colocaré.
Se desplazó hacia el lumbral que quedaba cerca
de su habitación, coloco las rosas en un cristal lleno de agua y miró hacia
afuera, mientras que observaba pasar varios camiones cargados de café diviso a
lo lejos un cartel que decía: CAPACIDAD DE OLVIDAR. “seré capaz de olvidar?, lo que
pasa es que siempre he pensado que somos acumuladores de recuerdos y la verdad
lo que me hiciste no sé si lo pueda olvidar, he tratado de arrebatarlo, de
borrarlo pero no lo he logrado, marcaste mi vida y de la peor manera.
-
Sofía, ¿por qué tardas tanto?, muévete iremos a la iglesia, y no sé porque
siempre tenemos que esperarte, eres un poco lenta para las cosas, además,
últimamente te he notado rara, me podrías decir ¿qué te pasa, qué tienes?
-Espérame
mamá, ya salgo, no me demoro, ¡ah! Y no me pasa nada, tú tranquila. “De
nuevo los dos, usted por despojarme de un don infante que renacía y traslucía
en mí, y yo por defenderme de aquel invernal otoño que estaba a punto de
hostilizar y dejar en mí una marca para siempre”.
Salió
corriendo de su cuarto y en la sala se encontró con su mamá quien estaba
furiosa pues este sería el primer día en llegar retardadas a la iglesia.
-Muévete
niña, eres sonsa te quedaras sin merienda por no salir rápido.
Llegaron
a la iglesia Sofía y su madre se
sentaron en la última banca y su madre le dijo:
-repite
después de mi…. Dios te salve María llena eres de gracia…
-“Dios
te salve María….esta vez no me salvaste, estuve en sus asquerosos y sucios
brazos y no hiciste nada para ayudarme, en mis oraciones te repito con la
verdad pero nunca haces nada por mí, ni en ese momento que más necesitaba de
ti. Me abandonaste como si no existiera
y la injuria de ese otoño es la que hoy guardo
junto con las fuertes espigas con las que trate de defenderme”. Sentí
una palmada en mis labios
-
Qué haces diciendo esas cosas niña, respeta la iglesia y aún más a Jesus, dime ¿eso
es lo que haces todo el tiempo cuando no te encuentro hablar mal? Nos vamos Sofía, está castigada.

Llegaron
a casa, Sofía se acercó nuevamente al lumbral que queda cerca de su cuarto y se
dirigió a cambiar el agua y contar las rosas “esta por mi inocencia guardada,
esta otra por las lágrimas derramadas y esta otra por ti porque te metiste en
mí de la peor manera y porque marcaste en mi escenas repugnantes”.
Y
otra vez el otoño había vuelto y ya nadie la esperaba en la espesa cota llena
de hojas….